viernes, 25 de noviembre de 2011

CONCLUSIONES DE COAG SOBRE LOS TRANSGÉNICOS

POSICIÓN COORDINADORA DE ORGANIZACIONES DE AGRICULTORES Y GANADEROS www.coag.org Sentencia del TSJUE sobre la presencia de polen OGM en miel

CONCLUSIONES DE COAG
XVII JORNADAS ESTATALES DEL SECTOR APICOLA
“Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE sobre la presencia de polen OGM en la miel”
Madrid, 08 de noviembre de 2011
Consideraciones generales
Para COAG nuestra responsabilidad como agricultores y ganaderos (apicultores) con la sociedad es muy clara. En este sentido, debemos garantizar que lo que producimos es seguro y nutritivo para el conjunto de los ciudadanos y que respeta el medio ambiente. Hoy por hoy, para una gran cantidad de consumidores, los cultivos transgénicos (OGMs) no garantizan ninguno de estos aspectos en nuestras producciones.
Cultivar con OGMs no es más barato y no se produce mayor cantidad de alimentos. No va a acabar con el hambre en el mundo como demagógicamente se nos quiere hacer creer. Únicamente se beneficia a unas pocas multinacionales que pretenden controlar la alimentación mundial. La investigación sobre transgénicos es absolutamente privada y está dirigida únicamente a generar negocio y beneficios, en ningún caso a ponerla al servicio de la humanidad.
No podemos obviar el impacto que están produciendo los cultivos de transgénicos en muchos países, constituyendo un ataque directo contra la biodiversidad y la soberanía alimentaria, así como contra la independencia de los agricultores y los ganaderos y de los ciudadanos en general, dejando nuestro futuro en unas pocas manos.
La agricultura sostenible es la que puede alimentar el planeta y no la agricultura industrializada y especulativa dirigida a los mercados globales.
Los consumidores en Europa rechazan mayoritariamente los transgénicos. El consumidor europeo demanda seguridad alimentaria, demanda calidad nutritiva, demanda una producción ligada al cuidado del medio ambiente, y al bienestar animal, demanda una agricultura que genere empleo y vida en el medio rural, demanda en definitiva una agricultura sostenible que realice una prestación de servicios a la sociedad (bienes públicos), siendo muy claro que la agricultura industrial y transgénica son lo contrario a todas estas demandas y desafíos.
OGMs y apicultura
El Sector Apícola de COAG rechaza el cultivo de maíz transgénico MON 810 en España (unas 97.000 hectáreas en 2011, según el MARM, que no tiene más que estimaciones en función de las semillas vendidas y ninguna información sobre la localización exacta de estas plantaciones) y la extensión de éste a zonas en que ni siquiera existe la plaga para la que está diseñado (el taladro del maíz).
COAG rechaza igualmente los campos de experimentación con otras semillas transgénicas (otros eventos de maíz, remolacha, algodón, patata, tomate, Nicotiana glauca,…) diseminados por toda la geografía española, que suponen la liberación de polen OGM en nuestro país sin control alguno. A todo esto debemos sumarle el polen producido en campos de ensayo y de cultivo ilegales.
En esta situación, la indefensión de los apicultores es total, siendo al mismo tiempo las víctimas, los perjudicados por las acciones de otros, y los culpables, que tendrán que demostrar, con unos costos insoportables, que sus productos son conformes con las normas europeas. ¡Esto es intolerable!
Las decisiones comunitarias que se adopten para implementar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE (TSJUE) sobre la presencia de polen OGM en la miel (que contiene importantes errores técnicos sobre la miel y el polen) van a afectar a todos los apicultores, pero principalmente en la UE a los apicultores españoles, que no pueden quedar atrapados como las “víctimas” de un problema que no han creado y del que no son responsables.
Los responsables de que pueda aparecer polen OGM en la miel no son los apicultores ni los agricultores sino las empresas de semillas transgénicas (a la cabeza de las cuales está Monsanto) que están liberando este material biológico al medio de forma descontrolada y las administraciones que lo están permitiendo sin ningún tipo de control.
Ante la ausencia de un régimen de responsabilidades que proteja a apicultores y agricultores de las pérdidas económicas que provoquen los cultivos transgénicos en las producciones apícolas y agrícolas, son las empresas como Monsanto quienes deben asumir las indemnizaciones al ser los verdaderos responsables y causantes directos de estos daños.
Los consumidores en Europa demandan la miel como un producto natural y sano, beneficioso para la salud, por lo que cualquier miel que esté autorizada y etiquetada como “producida a partir de un OGM” perderá en la práctica todos sus valores en el mercado interior de la UE, el mayor consumidor y el que mejor paga la calidad de la miel.
Los consumidores rechazarán este tipo de miel, poniéndose en peligro la buena imagen de que goza este producto apícola, lo que repercutirá muy negativamente en la renta de los apicultores profesionales, que viven directamente de esta actividad ganadera, que son quienes con mayor volumen abastecen el mercado nacional y europeo con mieles autóctonas y de calidad. COAG se opone a consolidar en el mercado comunitario mieles con presencia o trazas de polen de cultivos transgénicos.
Desde el punto de vista de la “coexistenciapara COAG es inaceptable el posible establecimiento de distancias de seguridad de los colonias de abejas (10 km de vuelo) a los cultivos de OGMs, así como a los campos de experimentación con otras semillas transgénicas, ya que con ello se reduciría de forma drástica e insoportable la superficie para asentamientos apícolas en España y, en consecuencia, no sólo el potencial melífero de los cultivos no transgénicos en esas mismas zonas sino también las necesidades de los propios agricultores para que las abejas melíferas garanticen la polinización de sus campos y producciones. La polinización es un servicio medioambiental y un bien público que no se puede restringir ni condicionar por intereses privados o empresariales.
No podemos permitir que la armonía y la interdependencia de agricultores y apicultores se quiebren por los intereses de unos pocos.
No podemos poner en peligro la relación complementaria y equilibrada que debe de existir entre la actividad productiva de los apicultores y de los agricultores, unos como garantes de la polinización y ambos como productores de alimentos que favorecen a la sociedad en su conjunto. No podemos caer en el error de potenciar un conflicto de intereses (enfrentamientos) entre el sector apícola y los agricultores. Es la propia administración la responsable directa de esta compleja situación al permitir el cultivo y la extensión de los transgénicos en España.
El derecho a producir con transgénicos, tan esgrimido por muchos, pasa por respetar el derecho de aquellos que no quieren hacerlo y por garantizar que aquellos que ya estaban produciendo sin OGMs puedan seguir haciéndolo, máxime cuando una gran cantidad de consumidores así lo están demandando.
Una identificación fiable del polen OGM en la miel exigirá análisis muy costosos. Determinar los umbrales de detección así como una metodología de muestreo y analítica armonizada en toda la UE será complejo. Estos costes son inasumibles para el sector apícola.
COAG denuncia la ilegal perturbación del mercado interior de la UE que están provocando actualmente los operadores alemanes al exigir a las cooperativas apícolas españolas en la compra de su miel la ausencia de polen OGM, verificada mediante análisis no homologados, y certificados oficiales de la administración de que las mieles han sido producidas en zonas alejadas de los cultivos transgénicos, pese a no existir todavía ninguna reglamentación normativa sobre esto en la UE.
La miel española está siendo objeto de una campaña de acoso y sospecha que las autoridades españolas tienen que denunciar ante Bruselas y exigir su normalización.
La Unión Europea importa anualmente un 40 % de mieles de países terceros (Argentina y China son los principales proveedores de miel que cuentan con grandes extensiones de cultivos transgénicos, la mayoría de los cuales no están autorizados en la UE). La aplicación de la sentencia del TSJUE y el posible rechazo o restricción de miel con presencia de polen OGM de estos países terceros en la UE puede provocar una gran inestabilidad y volatilidad de los precios en el mercado mundial y europeo. Igualmente, las dificultades en el abastecimiento de miel podrían generar en la UE una reacción adversa en el consumidor medio, en un momento de grave crisis económica, bajando los niveles actuales de consumo. Por todo ello, las medidas que se adopten deben ponderarse adecuadamente para evitar daños a los apicultores y a los consumidores.
Remitido por Suso Asorey, AGA. 

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