Hacer una llamada de atención al Parlamento y la Unión
Europea sobre la grave problemática que está afrontando las abejas y los
apicultores, fue el objetivo de la jornada de trabajo que se celebró en la sede
del europarlamento en Bruselas. Así lo señaló en su presentación la
eurodiputada de Alternativa Galega de Esquerda, Lidia Senra.
La Jornada “Afrontando retos para la supervivencia de las
abejas en Europa” estuvo organizada por el Grupo de la Izquierda Unitaria
Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL), a la que acudieron representantes de
las distintas agrupaciones integradas en la Confederación en Defensa de la
Abeja en la Cornisa Cantábrica (CODACC) y otras organizaciones de Asturias.
Apicultura Ibérica estuvo también acompañando la delegación.
Senra, añadió también, antes de dar paso a los ponentes de
las distintas mesas que el sector apícola lleva denunciando la problemática de
la desaparición de las abejas desde hace muchos años y recordó después en el
bloque dedicado al impacto de los pesticidas que ya en los años 90, en los que
se comenzó a conformar un movimiento coordinado de los apicultores y
apicultoras en Europa por este problema. Respecto a velutina, concluyó, “tanto
la apicultura, como la agricultura y el medioambiente se están viendo
fuertemente afectados por este problema; un problema que no es sectorial, sino
de toda la sociedad”.
Desde CODACC han querido dar las gracias a las eurodiputadas
Lidia Senra y Ángela Vallina, a sus colaboradores y al grupo parlamentario
GUE/NGL “por darnos esta oportunidad de poder hacer llegar nuestros problemas y
reivindicaciones al Parlamento Europeo, y por el buen trato recibido”. Hacemos,
señaló el presidente de esta organización de asociaciones, “una valoración
agridulce”. Dulce “porque hemos tenido la oportunidad de alzar nuestra voz en
Europa y hemos reivindicado nuestras propuestas, de manera unida apicultores
gallegos, asturianos, cántabros, vascos, profesionales y no profesionales, con
el apoyo de 56 organizaciones del resto de España, todos bajo una misma idea
proteger a las abejas y al medio ambiente” y agrio porque “nos tememos que
nuestras peticiones se puedan diluir en la complicada y lenta maquinaria de la
Unión Europea y de los intereses económicos de las grandes
multinacionales”. Aunque desde la CODACC, finaliza Valcuende, “vamos a
estar pendientes y vigilantes para que esto no ocurra y seguiremos peleando
para que se lleven a cabo nuestras peticiones. Si queremos seguir teniendo
alimentos sanos en nuestra mesa, flores en los campos y animales en los montes,
debemos preservar a las abejas y demás insectos polinizadores y para ello
tenemos que cambiar nuestro modelo productivo actual”.
En el bloque dedicado a Vespa velutina intervinieron Gilles
Lanio, presidente del Sindicato Apícola UNAF (Francia); Sandra Rojas, Doctora
en Biología por la Universidad de Vigo (Galicia) y los miembros de la CODACC
Carlos Peña de BAMEPE (Bizkaia) y Carlos Marín de FAPI (Asturias). De sus
intervenciones, que resumiremos en las páginas de la próxima edición de
Apicultura Ibérica, podemos destacar los resultados obtenidos en Francia con
unas nuevas pautas de lucha contra la avispa en el momento y lugares de
colocación de las trampas, que explicó Lanio; el plan de estudio y monitoreo
que se realizará en Galicia que explicó la Doctora Rojas, quien señaló también
la gran capacidad de adaptación y aprendizaje de velutina; y las intervenciones
de Marín, Peña y Valcuende que pusieron de manifiesto con datos sobre el
crecimiento de los nidos en las distintas zonas, la magnitud del problema y
evidenciaron la pasividad de las administraciones que “están cargando a los
apicultores una responsabilidad que no es nuestra”.
En el bloque dedicado al impacto de los plaguicidas
intervinieron Noa Simón de la coordinadora BeeLife Europa y Etienne Bruneau,
director del Centro de Investigación CARI de Bélgica. El primero hizo un relato
desde los primeros problemas con el girasol denunciados por los apicultores franceses
en los años setenta y el recorrido que hubo que hacer tanto en precisión de
técnicas analíticas e investigación para detectar y cuantificar la presencia de
estos pesticidas neonicotinoides y los daños sobre las abejas, como sobre todo,
la necesidad de movilización y trabajo de los apicultores para este
reconocimiento. Noa Simón denunció en su intervención que tres años después de
publicada la Guía EFSA de evaluación de riesgo de los pesticidas, con los
nuevos estudios obligados sobre toxicidad para las abejas y otros
polinizadores, “los estados miembros aún no han aceptado debido al bloqueo
político”.
En la mesa sobre las las políticas de preservación de las
abejas en Europa intervinieron, Emmanuel Petel, coordinador de políticas sobre
Ecologización de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural;
Vujadin Kovacevic, responsable de políticas de la Unidad de Biodiversidad de la
Dirección General de Medio Ambiente, Xesús Asorey, secretario-técnico de AGA
(Galicia), y el presidente de la CODACC, Carlos Valcuende. Ambos expusieron a
modo de conclusión las peticiones de los apicultores en los dos temas centrales
de la jornada.
Asorey, tras alertar que las abejas son centinelas del medio
ambiente y termómetro de la salud de los ecosistemas y de las personas, las
resumió en cinco puntos
– Control de la globalización y del cambio climático.
– Prohibición total de los insecticidas neonicotinoides y otros perjudiciales para los polinizadores.
– Promocionar los productos de las abejas como productos naturales beneficiosos para la salud de las personas.
– Promover una agricultura compatible con la presencia de polinizadores en nuestros campos.
– Prohibición total de los insecticidas neonicotinoides y otros perjudiciales para los polinizadores.
– Promocionar los productos de las abejas como productos naturales beneficiosos para la salud de las personas.
– Promover una agricultura compatible con la presencia de polinizadores en nuestros campos.
Y por su parte de Valcuende pidió al Parlamento la creación
de una mesa sectorial o grupo de trabajo que trabaje en las siguientes medidas:
– Desarrollar y poner en marcha “ya” una Estrategia común en
Europa de Gestión y Control de la Vespa velutina.
– Reunir recursos económicos y experiencias para investigar de manera coordinada y global (en especial conseguir una feromona específica que permita una captura dirigida y masiva de reinas fundadoras de Vespa velutina y la lucha biológica mediante cebos u otros sistemas que no supongan perjuicio alguno para otras especies).
– Exigir a los estados miembros de la U.E afectados que colaboren y apliquen conjuntamente los protocolos de control de esta especie.
– Ayudas a los apicultores para paliar los daños ocasionados por la avispa asiática.
– Declaración de la invasión de esta especie alóctona cómo plaga.
– Realizar campañas de divulgación y concienciación.
– Reunir recursos económicos y experiencias para investigar de manera coordinada y global (en especial conseguir una feromona específica que permita una captura dirigida y masiva de reinas fundadoras de Vespa velutina y la lucha biológica mediante cebos u otros sistemas que no supongan perjuicio alguno para otras especies).
– Exigir a los estados miembros de la U.E afectados que colaboren y apliquen conjuntamente los protocolos de control de esta especie.
– Ayudas a los apicultores para paliar los daños ocasionados por la avispa asiática.
– Declaración de la invasión de esta especie alóctona cómo plaga.
– Realizar campañas de divulgación y concienciación.
Por último, destacar que todos los representantes de los
apicultores que intervinieron tanto en las conferencias como en el debate en la
sala, destacaron la necesidad de mantener la biodiversidad, los ecosistemas y
cambiar el modelo de agricultura por uno más sostenible sin el abuso de
pesticidas, para poder mantener tanto las poblaciones de abejas como de todos
los polinizadores, destacando el papel de centinela de todos estos problemas
que tienen las abejas melíferas. Una postura que huye de la dicotomía
abejas melíferas, abejas silvestres y otros polinizadores que los apicultores
nunca han mantenido, contrariamente a lo que desde algunos ámbitos y
organizaciones que proclaman la defensa de los polinizadores silvestres parece
desprenderse en algunas de sus publicaciones, olvidando que ha sido
probablemente el legítimo derecho de los apicultores a defender su actividad y
su medio de vida, lo que ha ayudado a llamar la atención de la sociedad y los
investigadores sobre los problemas que atenazan a todos los polinizadores.
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