La Cornisa Cantábrica ha sido siempre un área muy vinculada a la
apicultura, donde ha tenido una gran presencia histórica y una notable
importancia como complemento en la economía rural de subsistencia.
La apicultura tradicional que en ella se desarrolla es muy diferente a la del resto de la Península Ibérica, debido a sus condiciones climáticas, orográficas y sociales. En la actualidad está representada en su gran mayoría por pequeñas explotaciones (hay más de 6.800 con unas 154.000 colmenas), muy diseminadas por toda su geografía (en torno al 92% de los apicultores poseen menos de 50 colmenas, siendo la media por explotación de 23), el 95% son no profesionales y con una producción que puede oscilar entre el 6-10% de la total a nivel nacional.
Antaño,
la distribución geográfica de las abejas en esta zona abarcaba hasta los
lugares más recónditos gracias a los abundantes
enjambres silvestres que se alojaban en las oquedades de los viejos robles y
castaños de los montes. Esta amplia distribución aseguró en todo momento la
polinización y por tanto la producción de frutos imprescindibles para el
sustento de otras especies, incluido el hombre. Actualmente
el parásito de la varroa unido a la
pérdida de hábitat y los plaguicidas,
ha provocado que estos enjambres sean muy escasos, encontrándose las colonias
de abejas melíferas relegadas casi exclusivamente a las colmenas que mantienen
los apicultores.
Por otro lado, la situación de la apicultura no es nada halagüeña
debido a la profunda crisis que atraviesa, provocada por problemas como los
sanitarios (varroosis, loques, SDC), Vespa
velutina, plaguicidas neurotóxicos, despoblamiento de las zonas rurales,
escaso relevo generacional lo que provoca una media de edad muy alta, dificultad
para instalar colmenares, pérdida de rentabilidad de las explotaciones, normas
y decretos reguladores de la
apicultura que
no tienen en cuenta las peculiaridades de la Cornisa Cantábrica, la realidad ni
las necesidades del sector, pérdida de
flora apícola por incendios forestales, desbroces, urbanismo, cambio climático
y ciertos manejos ganaderos, … Provocando todo ello que cada año los apicultores lo tengan más difícil para desarrollar su
actividad, lo que se está traduciendo en un desánimo generalizado que conlleva a
un descenso en el nº de explotaciones y colmenas.
Esto unido a la desaparición
de la abeja silvestre y la regresión de otros insectos polinizadores está provocando
una disminución de la polinización tanto de cultivos como de especies
silvestres, lo que tiene graves repercusiones económicas en la
agricultura-ganadería y una pérdida de biodiversidad en nuestros montes, que en
último término, compromete la supervivencia de muchas especies de fauna.
Consideramos imprescindible
desarrollar conjuntamente con las administraciones públicas y el sector, un
plan estratégico para dinamizar y reactivar la apicultura en esta área
geográfica, el que se contemple:
· Investigación y medidas para el control de los problemas sanitarios y de
la Vespa velutina.
· Fomentar la incorporación de jóvenes.
· Facilitar la instalación de nuevos colmenares.
· Promover el cooperativismo y asociacionismo
· Profesionalizar mediante cursos, conferencias y ferias.
· Mejorar la producción y comercialización de la miel
· Acciones de divulgación y educación de la sociedad sobre la importancia
de la polinización.
· Elaborar mapas de polinización en los que se señalen las zonas donde
faltan colmenas, en ellas se incentivaría el desarrollo de la apicultura. En
las zonas con alto valor ecológico o inaccesibles, se pondrían estaciones de
polinización.
· Considerar a la Apis mellifera
mellifera como un animal a proteger por Ley.
Podemos importar de otros países los productos que nos
proporcionan las abejas, pero no su trabajo de polinización. No debemos seguir
de brazos cruzados ante este acuciante problema y desde las administraciones,
la sociedad y el sector tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para
invertir esta peligrosa dinámica.
Los polinizadores son especies clave en los ecosistemas terrestres. La
disminución de sus poblaciones puede provocar una reacción en cadena de graves
repercusiones, cuyas principales consecuencias serían una pérdida generalizada
de biodiversidad y un gran impacto económico.
abejacornisacantabrica@gmail.com o en el tlf.: 686764773 - Carlos.
Entidades firmantes:
Confederación en defensa de la Abeja en
la Cornisa Cantábrica (CODACC) Federación de Asociaciones de
Apicultores de Cantabria (F.A.A.C.) Federación de Asociaciones de
Apicultores del Principado de Asturias (FAPI) Asociación para la defensa de las Abejas del
Principado de Asturias (ADAPAS) Asociación Gallega de Apicultura (AGA)
Sociedad de Apicultores Profesionales
del Occidente de Vasconia (BAMEPE) Asociación Provincial de Apicultores
Burgaleses (ASAPIBUR) Asociación
de Apicultores de Guipúzcoa (GEE) Asociación
de Apicultores Montañeses (A.M.A.) Asociación
de Apicultores Campurrianos (A.P.I.C.A.M.) Asociación
Cántabra de Apicultores (A.C.A.) Asociación
de Apicultores de Asturias (AAA) Asociación
de Apicultores de Aller (APIA) Asociación
Casina de Apicultores Asociación
de Apicultores de Lena (APILENA) Asociación de Apicultores del
Valle del Nalón (APIVANA) Agrupación de
Defensa Sanitaria Ganadera de Apicultores nº1 Hermandad de
Apicultores de la Comarca de Avilés (HAPICA) Asociación de Apicultores del Norte de Palencia
(APINORPA)
Asociación Palentina de Apicultores (APA)
Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) APINORTE Miel Valle Estrechu Miel Tío Manuel Miel Colmenares de Vendejo, S.A.T. Erica Campoo ADSG Apícola de Cantabria Fundación Amigos de las Abejas Asociación Española de Apicultores (AEA)
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